miércoles
Con 25 años y ya es la nueva reina del soul.
Es la Dorothy del Siglo XXI (Mago de Oz, su película preferida),que salió de Kansas hasta llegar a su particular Ciudad Esmeralda, Atlanta. Llegó allí y fundó la Wondaland Arts Society, una república imaginaria para los fans del funk y el WISM ( Love, Sex, Wisdom, Magic and Wonder). Gracias a ello, conoció a Big Boi, que en aquel momento era uno de los miembros de Outkast. Y ahí fue donde empezó todo. Big Boi habló con su productor, Sean Combs (de la discográfica Bad Boy Records, ¡es que no se puede ser más rapero!) y Janelle firmó su primer contrato con 21 años.
Metropolis (como la película alemana de Fritz Lang), fue su primer EP lanzado únicamente en Internet. Metropolis: Suite I (título íntegro) es una de las cuatro partes en las que divide su obra conceptual, en la que nos presenta a su alterego Cindy Mayweather, una criatura que vive en 2719 rodeada de androides. En Internet no tuvo mucha repercusión y por ello se decidió lanzarlo físicamente un año más tarde. Así fue como logró participar en algunos festivales como SXSW o ser nominada en los Grammy como mejor actuación alternativa gracias a su tema Many Moons (vídeoclíp-cortometraje que nos sitúa en el fantasioso mundo de Monáe).
Suite II y III llegaron con su primer LP, The ArchAndroid (2009), donde Cindy Mayweather evoluciona como una figura faraónica (sólo hay que ver la portada del álbum) incluyendo temas pop y soul con elementos propios de banda sonora de una película futurista. Además cuenta con las colaboraciones de Of Montreal o Saul Williams. Su intención inicial era la de grabar un videoclip por canción que diera como resultado una película, pero por ahora sólo podemos disfrutar de los vídeos de Coldwar y Tightrope (con la colaboración de su padrino Big Boi).
Con influencias de los grandes como, Michael Jackson (del cual hace su propio homenaje en sus actuaciones interpretando Smile y I want you back), Grace Jones, David Bowie o James Brown (vistiendo una capa corta tal y como hacía Mr. Dynamite en sus conciertos) la crítica reconoce que es la combinación perfecta entre la música negra de ayer y de la de hoy. Y no es para menos. Su voz en directo es irresistible y sus coreografías imposibles apoyadas por una puesta en escena digna de un buen show, dejan boquiabierto a cualquiera.
En España, hemos tenido la suerte de que nos visite en tres ocasiones: Sala Apolo en enero y Día de la Música de Madrid y Sónar de Barcelona este mes. ¿Un dato curioso? El lunes siguiente a su actuación en Glastonbury, las ventas de sus discos incrementaron un 500%.
¿Será por algo, no?
