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Parece que Beck haya vuelto atrás, a sus inicios, en su decimosegundo álbum 'Morning Phase', pero no es así. A simple vista puede parecer un disco continuista de 'Sea Change' pero no.
Los 6 años que ha tardado en publicar nuevo material después de su 'Modern Guilt' no han servido únicamente para echar la vista atrás y seguir con lo que había empezado. En este pausa, además de encontrarse con problemas para tocar y impedimentos que él mismo reconoce haber tenido para componer para él - que no para otros - le han ayudado a redescubrir y avanzar en su música.
La calma en sus melodías y la harmonía de su voz suenan ahora más serenas y con mayor seguridad. 'Morning Phase' es un disco que emociona y va creciendo en cada escucha. Un sonido bucólico lleno de detalles instrumentales, con mayores matices y colores e incluso con el asomo de cierto optimismo.
Lo mejor: ' Morning', 'Say Goodbye' y ' Wave'.
