Posted by : Eva
lunes
Cuando Arcade Fire lanzó su single ‘Reflektor’ con Bowie haciendo los coros, James Murphy produciendo y rodeados
de bolas de espejos, pensábamos que eso es lo que íbamos a tener: un radical giro al disco de la banda
canadiense.
En ese momento,
algunos aplaudieron y otros fans se tiraron de los pelos. Pues ni para unos ni
para otros. El cuarto álbum de Arcade Fire es un coqueteo con estilos e
influencias de lo más variado, pero bien mezclado y sin sonar forzado.
Dicen que se han
inspirado en viajes a Jamaica y Haití y algo de ello podemos ver. ‘Flashbulb
Eyes’ y la genial ‘Here Comes The Night’ suenan tropicales y bailables. También
se aprecian toques electrónicos (¿James Murphy metiendo la mano?) como vemos en
‘Porno’ o ‘Supersimmetry’. Pero los increcendo, las guitarras y violines, a los
que nos tienen acostumbrados hasta la fecha no
han desaparecido en ‘Reflektor’. Muestra de ello son ‘Normal Person’, ‘You
Already Know’, ‘We Exist’ o la pegadiza y machacona ‘Joan Of Arc’.
El disco con doble
homenaje a Orfeo y Eurícide, con dos temas titulados así y con una portada que
pide prestada la escultura de Rodin, suena redondo, fascinante y fresco.
Lo mejor:
‘Reflektor’, ‘Here Comes The Night Time’, ‘Joan Of Arc’, ‘Afterlife’.